martes, 19 de febrero de 2013

SERVICIOS SOCIALES Y DISCAPACIDAD EN CLM (Colectivo Vega)

El Colectivo Vega nos dice......


El Colectivo VEGA nos ha pedido a sus lectores y seguidores, que colaboremos dando nuestra opinión sobre el antes y el después de los Servicios Sociales en nuestra región. Para no defraudar a nadie, he de decir que no soy precisamente un experto en la materia. Por tanto, sin llegar a profundizar en su funcionamiento, me tendré que limitar a dar mi opinión como ciudadano discapacitado.

La meta de cualquier persona con discapacidad, es la autonomía personal. En el sistema sociopolítico o socioeconómico en el que vivimos (capitalismo) dicha autonomía nos la da o nos la quita la tenencia o ausencia de dinero. Es decir: un discapacitado rico, podrá ser más autónomo que otro que no lo es.
Así de crudo. Seré muy gráfico con varios ejemplos. Un lapicero, que es la herramienta que cualquier persona utiliza para escribir, cuesta en torno a un euro, un software accesible que es lo que usa un ciego para escribir, cuesta 1500 euros, sillas de ruedas, audífonos y demás sobrepasan en ocasiones o duplican los 6000 euros. Al margen de la aparatología, las personas con discapacidad, en ocasiones precisan ayuda de terceros. Hace poco escuchaba a un discapacitado físico cuya discapacidad le sobrevino tras sufrir un accidente, decir: "Jamás pensaría que ponerme un calcetín me costaría dinero".

Por tanto: sabiendo ya que el derecho a tener una vida digna y autosuficiente es en nuestro país (y los del entorno) una cuestión monetaria, tenemos que tener en cuenta que la disminución, el adelgazamiento o mejor dicho y sin eufemismos, la aniquilación que los actuales gobiernos a nivel local, regional y estatal del Partido Popular están llevando a cabo de los Servicios Sociales, priva a este colectivo de poder tener una vida mínimamente digna. El asunto es muy grave. Tan solo tenemos que ponernos unos segundos en la piel de ellos para comprender la necesidad insoslayable de dichos servicios.

Os hablaré de un caso muy concreto. Una amiga mía que es licenciada en Historia y estudió además Magisterio Musical. Desde hace diez años por culpa de la Esclerosis Múltiple, solamente tiene movilidad de cuello hacia arriba. Gracias a su anterior trabajo cobra una pensión por incapacidad, de más de 2000 euros. Pensión que a cualquiera le sería más que suficiente. Ella necesita tres asistentes o ayudantes diarios de lunes a domingo. Teniendo en cuenta que las 24 horas del día las dividimos por 3 turnos de trabajo de 8 horas y teniendo además en cuenta el derecho al descanso de estos trabajadores, esta persona necesitaría una plantilla de mínimo cuatro personas para poder llevar una vida normalizada. Se de primera mano que apenas recibe ayudas ya que su pensión es elevada y cuando las recibe estas llegan mal y tarde. Hace unos años recibía alguna ayuda en forma de subvención o beca como investigadora musical del folclore de su región. Ayudas las cuales le retiraron pues en palabras de la Consejera de turno "Ahora no estamos para subvencionar aficiones ni caprichos".

Evidentemente, en nuestra región los Servicios Sociales están siendo desmantelados. Pero estos a mi juicio, nunca han tenido la capacidad suficiente para poder solucionar los problemas que las personas en riesgo de exclusión pudieran tener. Los anteriores gobiernos (socialistas), concretamente en materia de discapacidad, hacían en ocasiones demasiada política de "foto, excursión y tortilla".

Siempre he sido de la opinión que para atajar los problemas de las personas en riesgo de exclusión hay que ir al fondo del problema y atajar este desde cuantos frentes sea necesario. Lo demás es empezar la casa por el tejado. He sido testigo de cómo las administraciones antes nos llamaban minusválidos, después discapacitados y ahora personas con capacidades distintas e incluso antes de nacer yo, en tiempos de Franco, la palabra idiota aparecía en casi todos los certificados de discapacidad. Pero, sinceramente, seguimos teniendo los mismos problemas, nos llamen como nos llamen. Imposibilidad casi absoluta para acceder al mercado laboral incluyendo las administraciones públicas, dificultad para poder comprar aparatología que nos facilite la autonomía y los consabidos problemas a los que se enfrentan las personas dependientes y su entorno.

En mi opinión, la dependencia es un hecho social más que material. La mayoría de personas con discapacidad podrían aportar más de lo que aportan si el sistema se lo permitiera. Aunque esto último no sólo abarcaría las competencias de los Servicios Sociales. Sería tan fácil como aplicar radicalmente la máxima "Exigir a cada uno según su capacidad y darle según sus necesidades".

El sistema capitalista genera exclusión por cuestiones de raza, discapacidad, género, situación geográfica etc. Y tan siquiera es capaz de mantener unos Servicios Sociales de calidad que terminen o atenúen estas injustas discriminaciones.

Castilla-La Mancha, 18 de febrero de 2013
Colectivo VEGA

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