lunes, 2 de enero de 2012

Carta al coordinador de servicios periféricos de salud y asuntos sociales de Cuenca

Señor Carlos Navarro,
Tras sus últimas declaraciones en los medios donde afirmaba que “los ciudadanos quieren servicios básicos y no tonterías y estupideces”, nos vemos en la necesidad de hacerle alguna aclaración importante para sacarle de ciertos errores que ha cometido usted en sus análisis.
En primer lugar, informarle de varias cosas, puesto que como lleva poco tiempo en este cargo, puede ser que no haya podido emplear la energía suficiente para conocer cuáles eran tanto los antecedentes de la figura profesional de los SAMI (Servicio de Atención y Mediación Intercultural), como sus funciones actuales. (sigue leyendo)
Decirle, de entrada, que esta figura profesional fue una iniciativa del Ayuntamiento de Madrid (SEMSI) que tomó el gobierno de su partido político en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid. Ha estado implantado en la capital durante once años, y finalmente se ha decidido sustituir los nombres del servicio y sus profesionales (“dinamizadores”), estableciendo convenios con entidades que han asumido parte de sus funciones. Este perfil se extendió a nuestra Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha hace siete años (no quince, como usted afirmó) por lo que la pretensión de poner en relación al PSOE con los mediadores no parece acertado por su parte. Por otra parte, Castilla-La Mancha no es Madrid; tiene unas peculiaridades diferentes, y además, la decisión de extinción no ha ido acompañada de alternativas, como ha ocurrido en Madrid. 
En segundo lugar, nos parece inaceptable la argumentación siguiente: “¿Se acuerdan cuando los inmigrantes llegaban en patera e iban por nuestros pueblos como zombis? Se constituyó un servicio para ello pero los inmigrantes están ya perfectamente integrados en nuestra sociedad y tienen que hacer uso de nuestros servicios. Lo hemos quitado y no ha protestado nadie más que los sectores socialistas".
Nos vemos en la obligación de tener que hacer un poco de pedagogía con respecto a esta frase. Lo tenemos que hacer porque entre nuestras funciones, se encuentra la de formar y sensibilizar a toda la población en materia de migraciones. Decirle que afortunadamente el número de migrantes que llegaban en pateras no puede representar en modo alguno al número total de desplazamientos, sino más bien al contrario, por lo que nos parece muy desaconsejable hacer esa asociación de ideas entre “pateras” e “inmigrantes”. Es inapropiado por ser irreal, pero también, por la escasa dignificación de los procesos migratorios que esta afirmación conlleva. Además, como si fuera poco, la información que usted proporcionó a continuación nos ha resultado espeluznante. ¿Quiénes, según usted, iban por nuestros pueblos como zombis? Hemos percibido cierta falta de sensibilidad y formación por su parte en este asunto, cuestión muy relevante para alguien que ostenta su cargo y toma decisiones con respecto a algo que ni siquiera conoce.
Un mediador social intercultural es una figura que tiene muchas funciones dentro de los equipos de servicios sociales. Hace de puente entre personas y recursos, entre personas y personas, entre instituciones públicas y privadas; se ocupa de la prevención y resolución de conflictos, de la intervención en casos, de la traducción e interpretación de claves culturales, de poner las medidas necesarias para efectuar una acertada atención a la diversidad; así como de tareas fundamentales en el ámbito de la sensibilización y formación a toda la población en general. Entendemos la interculturalidad como algo intrínseco en nuestra propia cultura (o mejor dicho, “culturas” españolas). La diversidad nos viene dada por muchos factores, sociales y culturales, y no únicamente por las personas migrantes que un día deciden formar parte de nuestros entornos. Los mediadores sociales interculturales se ocupan de todos estos factores, y atienden tanto a población autóctona como migrante. Resulta por lo tanto muy parcial e incorrecto afirmar que nuestro cometido era atender a zombis inmigrantes a su llegada a nuestros pueblos, ¿no le parece?
Incluso en lo referente a la atención a personas migrantes, nuestra intervención no se limita al momento de la llegada o recepción. De hecho, actualmente y como sabrá usted (o no), la situación de las personas migrantes se ha visto muy empeorada en este contexto de crisis, y necesitan de un trabajo que reformule su propio proceso migratorio, así como su red de apoyo básica. También imaginamos que sabrá (¿?) cómo todos los estudios serios que se han llevado a cabo en nuestro país en los últimos meses, revelan que la situación de un porcentaje alto de la población inmigrante está cayendo en una extrema vulnerabilidad (35%), mucho más acentuada que en los colectivos autóctonos (16%). Y cómo se alerta desde Europa del peligro que corremos en la creación de guetos en espacios públicos, y de las consecuencias de la crisis en el imaginario colectivo que comienza a emplear argumentaciones xenófobas en la creación de rivalidades sociales. No nos parece por lo tanto el momento oportuno para retirar recursos destinados a aminorar las diferencias sociales y a apostar por la convivencia e igualdad de las personas, sean originarias de un lugar u otro del planeta.
Por último, también queremos comentar que es incierto que únicamente se hayan quejado de esta supresión desde el PSOE. En las últimas semanas se han publicado diversos artículos en medios de comunicación locales y nacionales sobre nuestro malestar y preocupación. Lo que ha ocurrido es que esta decisión no ha contado con ningún consenso, ni se ha efectuado después de encuentro alguno con los propios mediadores. Nos hemos visto privados del derecho de cualquier persona a defender su propio puesto de trabajo, así como de los servicios que ofrecemos. Se nos ha desahuciado sin matices, ni valoraciones, ni una presunción de inocencia. La decisión ha sido unilateral, y aún continuábamos esperando la puesta en marcha de cualquier proceso de comunicación entre la Junta de Comunidades y nosotros. De hecho, muchos de nuestros compañeros aún ni han recibido la carta de despido… 
Nos ha dolido especialmente la manera en que se ha producido la extinción: a última hora, sin margen para el diálogo o la negociación, dejando en estado de “shock” a una figura profesional que hoy, además de perder puestos de trabajo, deja de tener presencia en la sociedad. Con esta decisión, han dejado en la calle a muchos profesionales muy especializados, con amplia formación en este ámbito (másteres, posgrados, cursos obligatorios financiados por la administración), que han creído en su trabajo y en los cambios que se podían producir a partir de él. Queremos dejar constancia del enorme vacío que dejan con esta extinción, tanto personal como profesionalmente, para aquéllos que hemos apostado por un camino laboral basado en el respeto, la aproximación de posiciones, la igualdad de oportunidades, la fe ciega en las potencialidades de las personas sea cual sea su procedencia, la convivencia y la integración como una relación bidireccional “de ida y vuelta”. 
No queremos creer que la supresión del SAMI (Servicio de Atención y Mediación Social Intercultural) se ha llevado a cabo porque lo que significa nuestra figura no les resulte cómodo de asumir dentro de sus políticas sociales, que según parece a primera vista no se van a enfocar desde este principio de igualdad. A nosotr@s nos gustaría pensar que sí, que aún es posible el diálogo y los acuerdos. Además no nos dejamos engañar por las apariencias, otro de nuestro cometido profesional. Para ello nos hemos formado, para creer en las posibilidades de comunicación entre cualquiera que sean las partes implicadas en una confrontación de intereses. Es por esta deformación profesional que le invitamos a escucharnos en algún momento que usted/ustedes consideren oportuno, para que al menos tengan toda la información de primera mano, proporcionada por nosotros mismos, sobre las funciones de nuestro trabajo y las posibles consecuencias de prescindir del mismo. 
Les tendemos una mano abierta al diálogo. En ello ha consistido gran parte de nuestro trabajo. Como mediadores, somos profesionales del entendimiento y la comunicación, lo cual nos lleva a ofrecerles un proceso de mediación en toda regla. En la suya, en su mano, está aceptar o mantenerse en sus posturas basadas, por lo expresado por usted mismo al respecto, en una considerable falta de información.
Atentamente,

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